domingo, 24 de abril de 2016

Discapacidad y Reconocimiento


Momento 3

Reflexión


Oportunamente el texto nos plantea abordar el concepto de capacidad o “discapacidad”, que es el eje fundamental a tratar, a partir de un confrontación con todas caras de la moneda que se mueven alrededor del término, ya que hay muchos diversos casos, desde los físico, fisiológico, mental, entre otros, sus causales y sus limitaciones y por su puesto desde la multidimensionalidad de cada persona con alguna discapacidad en particular como por ejemplo, lo que llevan a problemas de oportunidades y movilidad en una sociedad poco integradora de la diversidad, hasta los aspectos relacionados con el rechazo a la diferencia y al reconocimiento de la población con discapacidad como ciudadanos plenos.

Por lo anterior, debemos obligarnos para abordar este dilema ético, a plantearnos al menos dos interrogantes.

1. ¿Cómo se define el concepto de discapacidad más allá de lo planteado en los manuales de psicología, pedagogía especial y medicina?

2. ¿Cómo contribuye la perspectiva del reconocimiento a dicho esfuerzo?
Es preciso para comprender estos conceptos, apoyarnos en los modelos para la definición de la discapacidad: el médico, el social y el de la diversidad de funcionamiento.

Tratar de definir el concepto de discapacidad es una tarea difícil pues el mismo ha variado en los últimos veinte años en función de nuevas normativas legales, de diversas tendencias sociales y, sobre todo.

Kottow (2003) plantea que la definición de discapacidad puede hacerse desde tres perspectivas.

1. Social: que separa a la población en dos grandes grupos: los capaces y los incapaces, definiendo de esta forma quién se ajusta o no a los roles de participación de una mayoría, como por ejemplo la forma de movilización en una ciudad, el código que se usa para establecer comunicación.

2. Médico: la cual se interesa menos por la adecuación social y laboral que por la funcionalidad comparada con los parámetros fisiológicos considerados normales en la medida que estadísticamente son los más constantes.

3. Propio afectado: Para Kottow (2003) la tendencia del colectivo de personas con discapacidad ha sido negar la discapacidad impuesta por circunstancias sociales y médicas muy poco acogedoras.

El modelo planteado en esta reflexión, también llamado de la diversidad ha ganado campo en Europa y aboga por la consideración de la discapacidad como una diferencia en el nivel de funcionamiento y por la defensa de la dignidad de la persona de modo que toda persona con un nivel de funcionamiento diferente (discapacidad) debe tener garantizada su dignidad.

Este cambio de paradigma a partir de una perspectiva ecológica permite ver el problema de la discapacidad desde diferentes ángulos y entender que la promulgación de leyes y de programas de Estado para la protección y atención de las personas con discapacidad.
Ahora, acerca de la Discapacidad y Reconocimiento, hay un cuestionamiento acertado para llegar a una claridad en este dilema ético:

¿Qué es lo que falta para una integración plena de las personas con discapacidad que permita el respeto a los principios/valores de justicia y autonomía?

Una postura plantea que un acrecentamiento en términos de la autoconfianza, del autorrespeto y de la autoestima, los requisitos fundamentales de la noción de autorrealización o vida lograda.
Para lo cual sintetizo el planteamiento del autor de esta reflexión, de modo que nos ayude de una forma clara a comprender las necesidades que tiene nuestra sociedad para lograr afianzar el las estrategias que desde nuestro entorno podemos tomar sobre el dilema ético en torno a la Discapacidad y Reconocimiento, lo anterior a partir de 3 Estadios Hegelénicos,

ESTADIO 1

Forma de reconocimiento: AMOR, Esta primera esfera del reconocimiento remite al ámbito de las relaciones afectivas primarias más estrechas que se despliegan en el espacio familiar fundamentalmente, ya sean vínculos paterno/materno-filiales o de pareja. El elemento gravitante y unificador entre ellos es la presencia de «fuertes lazos afectivos»,

Forma De Menosprecio: Violencia o Violación, especialmente en relación con la integridad física, las que en la esfera familiar podrían expresarse de formas tales como:
Maltrato infantil, en sus diversos tipos actualmente identificados: físico, psicológico, sexual, negligencia.

Violencia de género, Maltrato hacia los adultos mayores (psicológica - aislamiento). Junto con ello, la relación entre maltrato infantil y discapacidad puede adoptar tres direcciones básicas, a saber:

 a) El niño/a discapacitado como víctima del maltrato.
 b) La discapacidad como consecuencia del maltrato infantil.
 c) El discapacitado como actor del maltrato activo y pasivo hacia otros menores.

Si bien es cierto la complicidad entre discapacidad y maltrato es mucho más frecuente durante la infancia, por lo cual es preciso considerar:

1. Existe un no reconocimiento de las necesidades especiales y/o mayores requerimientos de cuidado y protección por parte de personas con discapacidad.

2. Ligado a ello, existe un reconocimiento fallido de su condición de sujetos de derechos, más allá de su condición de personas portadoras de una discapacidad.

3. En muchos casos se visualiza también un no reconocimiento específico del derecho a la intimidad y respeto por el cuerpo de la persona con discapacidad. Generando vulnerabilidad que lo lleva a estar en situaciones propicias para el abuso sexual.

4. La expectativa o necesidad de autoconfianza no resulta posible en muchos casos de niños/as discapacitados/as debido a la frecuencia con que cambian de cuidadores, lo que impide concertar un lazo emocional vital en los primeros meses y años de vida.

5. Experiencias de menosprecio como las descritas reflejan también un no reconocimiento a su condición de interlocutores válidos, debido a la carencia de herramientas para el desarrollo cognitivo al mismo tiempo de contar con instrumentos para una óptima comunicación.

ESTADIO 2
Forma De Reconocimiento: Derecho, marca una distancia con el anterior en muchos aspectos. Sin embargo, les une el que ambos pueden ser concebidos con referencia al modelo del reconocimiento recíproco, pues sólo podemos comprendernos como sujetos de derechos cuando se conocen las obligaciones normativas que se deben cumplir frente al(os) otro(s).
Forma De Menosprecio: Desposesión, En el caso específico de esta segunda esfera, la expresión de dicho menosprecio se muestra como «desposesión de derechos» o «exclusión» en relación con la integridad social. Ello, en dos sentidos:

En relación con la discapacidad, otras manifestaciones de reconocimiento fallido pueden ser:

1. La existencia de un entramado legal excluyente de la diversidad, lo lleva a un no reconocimiento de la condición a las personas con discapacidad.

2. Ciertos impedimentos para ejercer determinados derechos producto de la imposibilidad de manifestación clara de la voluntad.

3. Dificultades en el acceso a una oportuna y adecuada orientación e información en materia legal, debido a dificultades sensoriales y motoras.

4. Obstáculos económicos en el acceso a patrocinio para emprender acciones legales cuando sea necesario. Como reconoce el Banco Mundial, “las personas discapacitadas tienden a ser las más pobres entre los pobres...”

Como bien se reconoce en relación con las diferentes generaciones de derechos, “Históricamente, las personas con discapacidades no han tenido fortuna en ninguno de los niveles.” (ONU, 2002: 17).

ESTADIO 3

Forma de reconocimiento: Solidaridad, La experiencia del reconocimiento se completa con un tercer estadio en cuyo seno se despliega la valoración social que permite a los seres humanos referirse de manera positiva a sus cualidades y facultades concretas.

Forma De Menosprecio: Deshonra, En cuanto a las formas de menosprecio en este tercer estadio, Honneth señala la «deshonra», «indignidad» o «injuria» en relación con la dignidad y el honor; con ello se apunta a una referencia negativa sobre el valor social de una persona o de un grupo. Sus manifestaciones concretas.

1. Ofensas infundadas con publicidad.

2. Falsos testimonios.

3. Algunas formas modernas de ostracismo (por ejemplo, el exilio forzado, la pena de extrañamiento, entre otros).

4. Impedimentos ilegales y/o ilegítimos para participar en la vida pública (especialmente visible en contextos dictatoriales)

Como se expresa el no reconocimiento en relación con personas poseedoras de una discapacidad:

1. Por medio de la construcción de un imaginario social discriminatorio, reduccionista y muchas veces implícita o explícitamente vejatorio sobre la discapacidad, frecuentemente como enfermedad o como sinónimo de incapacidad, y no –por ejemplo- como diversidad de capacidades.

2. Dicho imaginario puede también encerrar una falsa integración basada en la compasión hacia un otro que es visto como carente de capacidades. Denominaciones tales como el pobrecito, el enfermo, el especial, el excepcional, el anormal son ejemplo de ello.

3. Existe un no reconocimiento cuando se niega la diferencia y se erige un discurso hegemónico sobre la normalidad, frente al cual las “desviaciones” de dicho patrón redundan en una subvaloración social.

4. A pesar de que las leyes defienden sus derechos, su acogida a la sociedad será definida, principalmente, por las creencias, representaciones y percepciones de los diversos actores sociales involucrados.

Frente a este dilema ético, salen a relucir, algunas preguntas muy precisas con relación a buscar herramientas eficaces a la hora de lograr un verdadero y enérgico reconocimiento e inclusión en muchos campos a las personas con discapacidad, tales como:

1. ¿Qué valores “incluir” en ese horizonte ético compartido?

2. ¿Qué valores, por tanto, dejar fuera?

3. ¿Cómo articular ciertos mínimos morales de justicia con aquellos máximos de vida buena o de autor-realización?

4.¿Cómo cautelar el respeto por la autonomía pública y privada?

Al respecto, me permito expresar atrevidamente un pensamiento sobre los verdaderos DISCAPACITADOS, son aquellos, empresarios, organizaciones, entes gubernamentales, sociales y económicos que no tienen la CAPACIDAD,  para entender las muchísimas ventajas y bondades que tiene convivir en todas las esferas que rodean a la humanidad, y muy por fuera de verse como personas útiles o capaces para un fin, a aquellas personas que tiene  simplemente algún limitación física o mental, mas no discapacidad. Tendría para nuestra sociedad, presente y futura, una mejor forma de convivencia en todos los aspectos si lo comprediesemos de esa forma y de este modo lo que Si debemos hacer es fortalecer:

1. Capacidad para auto comprenderse.
2. Capacidad para fundamentar sus juicios en un diálogo con los afectados.
3. Capacidad para llevar a cabo, con otros, los proyectos de justicia acordados en común.


Visto de este modo, sería pertinente re evaluar el concepto de alteridad como elemento clave para (re)definir la discapacidad desde la ventana bioética. 


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